Avanzar pesadamente,
con el espíritu cargado de trozos de metal…
Como el burbujeante aroma del anís,
se preguntan los robles si volverá para mí
El amor…
Y por los espacios que mi cuerpo ocupa,
navegan espejismos y santos derramados…
De pronto, mi corazón…
se alargan gruesas raíces en mi pecho…
Solo algunas estaciones más y adelante;
pronto, también seré un roble.
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