El
viento-parlanchín de cambios veraniegos
Pataleando en panículas de fragantes
hierbas
Ya hace recordarnos del invierno
Tal como si las triturara con las manos.
En su travesía se ha vuelto muy hambriento
Y seguiría comer así, crujiendo con lo
duro,
Cuando al pasar por todo el vasto horizonte
Ha hollado como el agua la arrogancia,
Cuando las lluvias al derecho y al revés
Del sol y del calor dictaban su discurso
Y él estaba de pie, ni bajo y ni alto,
En la corriente lenta, con las hierbas y
paja
Saciando su hambruna… Entre líneas
Le quedaba hablar, distinto en comparación
Con todo lo terrestre: el cielo y una
zambullida
En el espacio de reflejo. No pautado,
Accidental, desconocido, parlanchín
En su silencio cuando sobre el prado
En la respiración de la confiada tierra
Sucumbe la ventisca abejuna,
Cuando los pomos por caer están al toque
Y tu caminas con las plantas silenciosas
Arriba de todo salvo las palabras y
meditaciones
Como
nuestra primera y la única memoria.
Abril
de 2020. Traducción de Sergei Batonov