lunes, 27 de febrero de 2017
jueves, 23 de febrero de 2017
INTENSO AMOR CUAL INMENSO MAR por María Alejandra Castellanos Briceo ( poema a mis queridos hijos )
Amé con amor de estampida pintando
cielos nublados.
Amé con ira, desde la fe de mis raíces, de blancas arenas y mares azulados.
Amé, en plenitud de primavera alejando otros sueños en mi entrega
creando resplandores y verdes praderas.
Con notas de poesías bajo opacos cielos
desafié penumbras pintando en sus carnes veranos.
Amamanté con mi savia envuelta en esferas blancas
y vestida de sus besos y el color de sus miradas
acariciaba sonrisas desde el alma.
Amé con ira, desde la fe de mis raíces, de blancas arenas y mares azulados.
Amé, en plenitud de primavera alejando otros sueños en mi entrega
creando resplandores y verdes praderas.
Con notas de poesías bajo opacos cielos
desafié penumbras pintando en sus carnes veranos.
Amamanté con mi savia envuelta en esferas blancas
y vestida de sus besos y el color de sus miradas
acariciaba sonrisas desde el alma.
lunes, 20 de febrero de 2017
Que hablen los cerros por Julio Goicochea
Como quisiera que hablen los cerros con los
árboles!...
Que interpreten mi silencio cual
a un nido sin aves,
que oigan mi voz en el desierto
cuando desciende la noche.
Árboles que crecen en los campos
como testigos mudos de mi fatiga,
de mis lágrimas y mi silencio.
Árboles que su voz se llevaron los pájaros,
advirtiendo el triste ocaso entre los cerros
y sus hojas cayeron cual mis lágrimas
caían de tristeza al escuchar el silencio.
Como duele pasarse la vida entera,
sufriendo como sufren las débiles ramas
ante los zorzales cuando se detienen
para revelar con su triste canto algún
mal
presagio que adelanta a los hechos.
jueves, 16 de febrero de 2017
Indicios para lo humano por María Germaná Matta
hemos sido arrojados
|
al cemento
|
a las aceras bulliciosas
|
de las ciudades
|
al destello amorfo de lo reluciente
|
a la inclemencia
|
de sus muros
|
|
y la palabra se ha hecho humo
|
bajo la puntuación del alfabeto
|
de la indiferencia
|
|
llueve desde lo alto
|
no hay techo suficiente
|
para el aguacero
|
del desamparo
|
ni jarra sólida para la sed
|
de tanta incertidumbre
|
|
merodeamos en círculo
|
con la lección aprendida
|
la máscara impecable
|
para la función
|
sabiendo de antemano
|
la inclemencia
|
|
en los bordes está la pulsación
|
el instinto
|
el brote clandestino
|
para la insurrección
|
del asombro
|
|
en los matices
|
el humus y la floración
|
de lo posible
|
|
no hay vuelta atrás
|
ni senda paralela
|
que nos devuelva
|
al principio
|
tan sólo indicios
|
en los rastros mudos
|
de barro
|
tanteando alguna luz.
|
lunes, 13 de febrero de 2017
jueves, 9 de febrero de 2017
Aquellas sonrisas por Ernesto Lobo
Se me han
perdido aquellas tus sonrisas
|
Frágiles
cual alas de gorrión
|
Rítmicas cual
formas de un verso…
|
|
Se me escurrieron
atropelladas por el viento
|
Incrustadas
en una perlada nube tal vez
|
Son, ahora
son, oscuras y
|
Ausentes
sonrisas…
|
|
Se me ha
perdido aquel atado de vida
|
De tus
inciertos años
|
Enredados en
juegos sin atavíos…
|
|
Se me han hundido
en estos días
|
Entreverados
de silencios
|
Refrenados
por el yelmo y una pared…
|
|
Qué
ingrata confusión
|
La que
apunta con el dedo
|
Al
silencio escrito en el silencio…
|
|
Se me han
perdido tus sonrisas
|
Y frente a mí
|
Queda un
denso camino
|
Sin flores y
|
Sin
cantos
|
Un paso
que arrastro
|
Sin encontrar
las cosas simples
|
Que volcara
tu inmensa inocencia…
|
lunes, 6 de febrero de 2017
EL RODAR DE LA PIEDRA por Carlos Castro
No
como cualquier día, hoy
a
la orilla singular del vaivén
incesante
de los años a insistente
aflicción
devano adolorido las charcas
sorteadas
en esta arisca ladera.
Con
la candidez de piedra preciosa
mi
madre espiga y granza luminosa
cuida
mis pasos como el día aquel
cuando
vencido por los maderos de la mesa
no
pude alcanzar la bandeja de las hostias.
Ya
arrancado el cerro verde olivo del terruño
la
infinita pureza azul de su firmamento
aquella
calle ancha fue burilando todo
abrupto
o disparejo otero desde donde
la
belleza se tornaría clorofila de existencia.
Y
los arteros golpes de mudos carceleros
nunca
tardaron en desatar su furia
ignoraban
que la discriminación dialéctica
de
todo cuanto existe había calado hasta el origen
y
sustrato de negación infinita de la muerte y la vida.
Hoy,
pese al maltrecho espigón y rada
donde
recalaron todo desencanto, puedo
confesar
que dentro la banalidad e
insignificancia
de
una piedra tirada en el camino, hallé ternura
total
y sabia, ajena al espanto de la indolencia.
jueves, 2 de febrero de 2017
PRENDIDA DEL RIO por Alberto Iturrizaga Silva
UNA MAÑANA PRENDIDA DEL
RIO
|
TRISTE ENTRE EL SOL Y EL
MATORRAL
|
TRES VECES CRUZO LA RIVERA DEL RIO
|
CUANDO DESCUBRE… UN VERDE PORTAL
|
|
CAÍDO SE LE HA SU BELLO ROSAL
|
Y HUNDIDO ENTRE HORCAS Y PÚAS
|
BUSCANDO POR EL CAMPO FLORAL
|
ELLA VE ROSAS TALLOS Y ESPINAS
|
|
TAL VEZ CAMINA VACÍA Y
CALLADA
|
POR EL VIEJO CAMINO
EMPEDRADO
|
A MODO DE MUJER
ADINERADA
|
CON SU MANTO Y VESTIDO
DORADO
|
|
Y EL ENCUENTRO AL SOL Y A LA LLUVIA
|
ESTABA CON ALMA ADOLORIDA
|
CUANDO EL VIENTO CON SU NUBE LLOVÍA
|
SUENA LLANTO Y SE QUEDA
DORMIDA
|
|
AQUELLA MAÑANA MIRANDO SUS OJOS
|
CON TANTO AMOR
ENTREGARÍA MI VIDA
|
ENTRE LOS JUNCOS Y
PARAJES PERDIDOS
|
A LA MUJER QUE SE QUEDO
DORMIDA
|
|
ANSIO SU AMOR ENTRE SUSPIROS
|
COMO FLOR SURGIENDO DEL
CAPULLO
|
SE DESPIERTA LA MUJER DE
SUS SUEÑOS
|
Y SU VASTO AMOR REINO
CON EL MÍO
|
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)