“Princesa enamorada sin ser correspondida.
Clavel
rojo en un valle profundo y desolado”.
Elegía a Doña Juana la loca (Libro de
poemas, 1921 García Lorca)
Puños ensangrentados,
testigos de los golpes
desesperados de mis gritos
que nadie escucha.
Soy una muñeca rota
que baila con su sombra,
impostada en un legado
bajo las cuerdas
de mis verdugos.
Por besar tus pies ¡oh Felipe!
arrasada fue mi alma,
nombrada loca,
sórdido amor que condena
Y salva.
Destino fatal en Tordesillas,
Sentencia de mi padre,
tortura inacabada,
cuerpo derruido,
partes desmembradas.
Horas desesperadas y lentas,
arrebatan mi suspiro
en las llamas prolongadas
de un silencio cruel
en donde ardo.