se
esfuerza por planear encima de la tormenta
Se salva
con esmero de los dispendiosos vientos
Queda
retratada en banderas como símbolo de fuerza y poder
Vuela el
colibrí,
Con su
aleteo rápido y colores destellantes
visitando
de flor en flor
Penetrándolas
y saboreándolas con su pico largo y su lengua lujuriosa
Observa
al pájaro, en su vuelo vertical, el diseñador aéreo para copiar su movimiento
en helicópteros de hélices.
Vuela la
mariposa,
Y en con sus
recién par de estrenadas alas de dibujos artísticos y simétricos
Embellece
la rama e inspira un poema
No se
acuerda de cuando era una oruga que se arrastraba hambrienta por esa misma
rama, ni de los días que estuvo encerrada en cuarentena, en un tiempo difícil
cuando no sabía que le estaban creciendo alas.
Vuela la
luciérnaga,
Va
encendiendo una farola que alumbra las noches oscuras y las va sembrando de
estrellas parpadeantes
Igual que
el que lee, cuando encuentra una frase que se le mete dentro
Iluminando
de pronto su ser.
Vuelan
los amantes separados,
Estrechando
océanos, recorriendo tierras, secando los mares, cruzando las selvas para
encontrarse en el recuerdo, en la luna, en los cuerpos. Vuelan y aún sin
tocarse se sienten.
Vuelan
los niños muertos,
Van
al cielo en el que creen sus padres
Ninos
blancos, niños negros, niños cobrizos, niños amarillos
Niños que
pintan el cielo de colores mágicos
Cielos de
color esperanza
Vuela el
militar,
en
su nave poderosa, cargando la muerte como un canguro
en su
vientre de acero
para
desligarse de ella en Hiroshima y Nagasaki
Vuela el
inmigrante,
Con los
sueños de empezar de nuevo
Con la
nostalgia atragantada
Cargando
en una maleta la vida entera
Con
lástima de sus niños que añoran su casa
Vuela el
viajero,
En globo
o en avión,
Y cuando
está tan alto y ve las casitas en miniatura,
Y los
barcos que parecen de papel.
Sabe que
en la vida todo es cuestión de perspectivas.
Vuela el
macho de la libélula,
Determinando
el territorio para que la hembra lo acepte,
Con
sus dos pares de alas de cristal que se mueven graciosamente simultáneos
o alternados, para ir donde quiere y cuando quiere.
Se lo ha
ganado, luego de ser ninfa y larva por largo tiempo.
Vuela el
pájaro,
Planeando
con el aire, moviendo con destreza sus plumas
Mientras
el humano lo envidia y quiere que le crezcan alas
Viene el
pájaro desde largas distancias huyendo del frío,
Recordando
la ruta de sus generaciones, sin equivocar el camino
Vuela el
lector,
Que como
el águila remonta muy alto y como la mariposa deja de ser oruga y como el
piloto aéreo observa desde arriba la tragedia que se desata, y como el
inmigrante se acerca asustado, ansioso y esperanzado a nuevas tierras, y
como los padres de los niños difuntos siente las tragedias que no son ya tan
ajenas y pinta arcoíris de diferentes colores de piel. Vuela como el colibrí
visita mil flores y saborea mil amores y como la luciérnaga se enciende y
alumbra su vida. Vuela como los amantes separados por la distancia, siendo
capaz como ellos de sentirse aunque no se toquen.
Vuela el
lector con el motor de las letras y el impulso del viento que
le dan
los verbos. Vuela el lector como un viajero y adquiere nuevas formas de ver la
vida. Vuela como el inmigrante y comienza en nuevas tierras.
Vuela
como la libélula y prepara el terreno a su pareja.
Tú
lector,
Ven dame
la mano y no tengas miedo a volar.
No dejes,
como el canario atrapado, que te corten las alas y te metan en una jaula a
entonar melodías tristes.
Vuela
libre, sin preocupaciones, haciendo una V en el cielo con tus iguales,
dejándote empujar por el viento. Lee.