Aborrecible ánima impenitente
habéis manchado la trocha con desidia
quebrando ramas
borrando huellas…
La blanca luz de las mañanas
es ya oscuro telar de nieblas
por donde deambulan
cual ciegos
los restos de la ciudad…
No cejaré hoy
tampoco mañana
mi afán será tensión…
En intensa vehemencia
gritaré otra vez
aun cuando el clamor de mi alma
se vuelva a hundir
en el pantanal abandono…