La noche ha invadido el amanecer
hurtándole a la paz
la
preciosa luz.
Enmudecido
queda el silencio
entre disparos, cañonazos
y ahogadas sirenas aullando.
Impasible ante
el sufrimiento
─ incluso de su pueblo ─
el déspota imperioso.
Traducción de Germain
Droogenbroodt – Rafael Carcelén