Luces doradas
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en el betún del aire.
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Nadie puede
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vigilar esos pasos sigilosos y firmes.
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Agujas de árboles sin hojas
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sumidos en la fría estepa.
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Bajan
como sombras
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de luz
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entre los barrios.
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Finalmente
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los
pasos perforando el silencio
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hacen volar
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el puente
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en pedazos,
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la cárcel
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en pedazos,
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cada grillete
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de esta época y tiempo malsano
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en pedazos.
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Y se alejan de nuevo.
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