haya endurecido mis rasgos
me iré sin cuerpo a lo alto,
total, será mudanza ligera.
Desde allí miraré mi gente,
mis cosas, mi ciudad,
inaugurando así,
en una nueva dimensión
sin tiempo ni medida,
mi última y definitiva partida.
Después, seguro, iré hacia la luz
a enfrentar las consecuencias
de mis actos terrenos.
Creo que sin miedo y con fe,
a ese misterioso viaje
llevo al amor de equipaje
y dejo a quien me recuerde!
Me ayudará saber que
intenté ser justo,
más no siempre pude.
Fui honesto, pero alguna vez,
a mi pesar, tuve precio.
Aunque seguro, nadé tantas veces
en un mar de dudas!
Fui un soñador y soñé
que soñar es ver el futuro,
y aunque muchas veces naufragué,
jamás abandoné la barca de mis sueños.
Amé la verdad, pero,
a veces la engañé con algún pretexto.
Fui un buen consejero
pero solo con mis palabras.
Hice sufrir, pero me dolió.
Hui, pero volví arrepentido.
Amé con todo mi corazón
y sé que fui amado.
Soy, al fin, un perfecto modelo
de la imperfección.
No sé si esto me alcanzará frente a Dios,
pero tengo Fe.
Mario Zaguirre San Juan