jueves, 18 de mayo de 2023

FRUTO DE NUESTRA IMAGINACIÓN por BASILIO RODRIGUEZ CAÑADA

 Te he borrado de todos mis registros

para que de tu paso por mi vida

no quede la más mínima constancia.

 

Los textos de nuestras conversaciones,

trufados de insinuaciones y dobles

sentidos, son solo archivos vacíos.

 

Los itinerarios que recorrimos,

la noche de nuestra primera cita

o el día de nuestro último reencuentro,

son apenas rastros difuminados

por las huellas de otros desconocidos.

 

Olvidé incluso el olor de tu cuerpo

y el de aquel extraño perfume galo

convertido en título de poema.

 

Ya no recuerdo siquiera el sabor

salado y embriagador de tu sexo,

venero y manantial vitalizador

en el que nunca lograré saciarme.

 

Los surcos de tus uñas en mi espalda

se cubrieron de una capa de olvido.

 

Sería incapaz de distinguir el tacto

de tu piel del de otros cuerpos amados.

 

Fuiste quizá un espejismo fugaz,

una mera recreación de mi mente,

un fatal engaño de los sentidos

o el mero efecto alucinatorio

del mezcal discurriendo por mis venas.

 

No sé cómo definir sensaciones,

recuerdos y besos inexistentes.

 

Creo que soñé esa mirada tan triste,

esa aparente fragilidad tuya,

tu inmensa necesidad de cariño

y la infantil cerrazón de tus manos.

 

Jamás puede ser real una historia

surgida en la resaca de un verso,

con tales dosis de pasión que habría

logrado trastocar nuestras vidas.

 

Conclusión: no es aconsejable mezclar

güisqui, vino, tequila reposado

y ron añejo, porque es fácil perder

la cordura, el equilibrio y el control

del personaje que encarnamos todos.

 

Aunque siempre podremos argumentar

que aquellos actos de ebria inconsciencia

solo fueron quizá fruto de nuestra

incontrolada y loca imaginación.

 


                        4 de diciembre de 2022 







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