Lo lejano y lila quema con el frío.
En el mediodía ardiente
las sombras cobrizas por poco
se trazan.
Se llena el borde
del bosque! continúa la marea
veraniega, creciendo
como una pared luminosa.
Con la plenitud de asombros
tuyos,
Oh portadora de luz,
se excede la memoria terrestre
a sí misma,
Desecándose hasta una línea
pequeña
hasta una palpitante venita
con el aliento
cortado, hasta aquella altura
Donde no hay más tierra y
sólo pasa el sol
por los puentes
De infinitos segundos,
dejando lleno con nada
la raya
De las incesantes canciones
de saltamontes.
Se terminaron los sonidos, salvo el aire deslumbrador
que cristalino tintina sin
voces
En el lindero entre el cielo
y la lenta
vida, la arena dorada
Está corriendo por todas
partes: el tiempo
se desmoronó como un polen …
Hasta la alborada
La tierra descansa recordando
lo que se le acercó
y se calma poco a poco, se
debilita su trasudor
a la hierba
Y colma el antiguo y lila
silencio
con la quemadura. Estoy
llamando, -
en esas estrellas en las
profundidades de tinta donde
cualquiera ha vuelto a la
vida, -
Sólo en la memoria, por
cierto, y con aquella
huella en la piel,
En las pestañas, en el
corazón, por ningún lado, en este
encuentro del fuego y la tierra… de esta pareja
Mayo de 2020. Traducción de Sergei Batonov