Vibra el amor en melodías cadenciosas
Danzan las cumbres, elevanse candentes
Notas enloquecidas, pentagramas intensos,
Lúbrica naturaleza brotando del centro de la
tierra.
Concierto interminable, profundos deseos
Tiempos "In crescendo", pulsos
enfebrecidos
Eres esencia mágica, tensa y rabiosa que
invade.
Preciosas piezas que como esferas se estrellan,
explotan.
Buen concierto y buen sabor de boca.
Sudoración elevada, expectación desmedida.
Inédita versión del acto sublime de amar.
"In crescendo" de pupilas
dilatadas devorando imágenes,
rozagantes de deseos, en entrega confiada.
Rama altiva, elévate desde las bases húmedas,
Sobre el tapete azul consagrado a la lujuria de su
lengua,
En sucesivos ritmos y provocadoras ondulaciones,
Deliciosa faena de cuerpos en fricciones
sudorosas.
Poco a poco engarzados como argollas de
fuego,
Penetrantes y suaves oleadas "In
crescendo".
Tsunami de sensaciones, extremas brisas de llanto y
júbilo
Vida y muerte son cubiertas de polen y miel,
pintan las sábanas.
Destierra tristezas en frenéticas subidas y
bajadas,
La más profunda oscuridad se ilumina, resplandece,
Es paisaje impresionista, de contorciones
insólitas,
Sonríe la mente a la pasión que no acaba, pende de
un hilo.
Hambrientos pliegues, envolviendo la fuerte
corteza.
Olores de sándalos, sabores dulces,
amarga canela.
Ágiles manos, inmovilizando las muñecas.
Fuerza que aprisione bajo el peso del deseo.
Hierves amor "In crescendo”, entre
carnosidades irresistibles.
Satisfaciendo la necesidad de succionar
pezones, hambriento.
Deseos del hombre galopando salvaje entre estrechos
parajes.
Dimensión erótica prohibida, en el delicioso
dolor de tragarnos.
Los sentidos se enervan, las lenguas se
clavan en picada
Las arremetidas corren enloquecidas unas tras otras
Lo innombrable acontece, en arrebatos que embriagan
Crujen los huesos de los pórticos perlados,
no esperan.
Vibran desde el inicio, hasta el fin la
piel confiada
El universo entero pulsa e impulsa, sabrosos
antojos
Fecundándolo todo de la cabeza a los pies,
nada se resiste, nada se niega
Sumidos en el más sublime y contradictorio
concierto
de amor y placer.