Sin tregua asciendo tus caminos prehispánicos
envuelta
entre polvo, adobo y aire seco
piedras
menudas, lagartijas y sol de mediodía
en
constante armonía escalo la historia
en cada
peldaño de tu pirámide trunca
Testigos
de mi paso Elsa y el búho del sendero,
el sabio
guerrero quien se mantiene atento
a las
posibles amenazas de curiosos forasteros
máscaras
precipitadas, profecías del oráculo
los
muertos cercanos ya no molestan
El ser
en la cima de la Campana del Mirador
Fresco
horizonte celeste, valle surcado por hombres
de
penachos coloridos, las mujeres con sus tinajas
de
chicha; las sacerdotisas festejan semidesnudas
Naylamp
baila, celebra la cosecha con las águilas
Elsa observa
su reloj, la tarea colorea llameante,
Hay que
bajar al llano con sus dulces mandarinas
Para
calmar la sed, de lejos nos acompaña el mágico
Canto de
un enjambre de abejas muchiks…
¡Vamos Tania, es hora de correr!