A la memoria de un padre que nunca llegó
EN ESTA HABITACIÓN
Sobre esta mesa
Frente a una cama
Mis pensamientos se abisman
Y me quiebro
En un ahogado grito
Que se encierra
A oscuras
Sin respuesta
Siempre ciega
Siempre muda
Como pasajera siempre a solas
Sin una estación que me reciba
Y me voy trizando cuando te pienso
Con este peso profundo
Sin poder liberar el sollozo encerrado
aquí en mi pecho
Me voy trizando en esta lucha diaria
contra la corriente
En un revoltijo de ideas insomnes y
solitarios espacios
Estoy frente a la vida con esta
sensación amarga
De no poder quebrar lejanías
Por eso...para que tú me escuches
Está mi yo frente al tuyo
¡Y tan distantes!
Esperando un abrazo
Que nunca llega
Del poemario Para que tú me escuches.
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