Madre ha partido.
Le alcanzaron las sombras sin saberlo.
Comprendí el silencio.
Ese que asalta en la estancia.
En el cirio apagado.
En la máquina y la costura replegadas.
En la lumbre del hogar sin esperanza.
Madre ha partido.
Duele como si hubiera sido ayer.
¡Y hace ya tanto!
Calendarios caídos.
Imágenes vencidas
no esperan oraciones.
El gritar del silencio
me lo advierte todo.
Sí, madre ha partido.
En la casa no están
ni su voz ni sus cuentos
para arrullar los nietos.
Tampoco ellos están.
Todos se han ido.
La casa, la alegre casa
Es ya un nido sombrío.
Amalí /08-21-20
Que hermoso y triste poema. Tiene el Espíritu del respetuoso silencio en la partida que anhela la presencia, aunque la sabe definitiva. La madre ha partido... los cuentos están callados.
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