Los bailarines son pintores de la música
pintan en la pista lo que la música les dicta
bailan
una emoción
eso
no se puede enseñar.
Soltarse
dar rienda suelta de lo que hay adentro
no es que tengo que cerrar los ojos para sentir
la música
es sentir, es que la música con su poder te
cierre los ojos
el lenguaje de los torsos, de las miradas,
la sencillez del movimiento
los pasos son un poco preconcebidos,
no tiene porque ser así.
La magia de esperar
la procesión va por dentro, el hombre me va a
llevar
sintiendo la energía sin tocar
acariciando no más
recargar el movimiento, evitar lo barroco,
la belleza está en la sencillez del movimiento
la sensualidad está en cerrar las piernas
una caricia a mí misma, en los ocho atrás.
Están bailando al fondo
miradas, veladas y maneras sutiles
es como bailar en una nube de niebla.
Él está, lo siento, una mirada que me hace
sentirlo, presentirlo,
mi mirada no está fija, proyectar mi energía
femenina,
capturar su energía masculina
que el paso no se acabe, es como si lo estuviera
lamiendo
no tengo apuro en terminarlo
¿cuál será tu secreto?, baila como tratando de
decir algo que no quiere
como si yo te estuviera contando un secreto
mudo, mío,
hacerlo como si uno caminara en el parque
las caminadas en el tango son hermosas
se lo copié a alguien
tocando los tobillos
caminar justo en el tiempo del compas
libertad de gente de barrio, es lo impagable, el
abrazo
es el calor humano, estoy protegido, no estoy
solo en el mundo
el hombre que no hace ver a la mujer como una
reina
él nunca será rey, es una suplencia.
Cada vez que bailo con las alas de Isis siento
que vuelo por el escenario.
Aunque también disfruto los movimientos fuertes,
de fuego, asociados a las caderas.
Disfruto y juego cuando los interpreto, decido y
dirijo cuando empiezan y cuando terminan.
Cada uno tiene su encanto,
es la razón por la que bailamos descalzas, para
conectar con la tierra.
Mientras la danza nos recorre.
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