Entre tantas, ser yo,
Yo, la elegida.
Yo, que cargo las sombras
Que forran el universo,
que estoy cubierta de pozos profundos,
tan profundo como la negrura del dolor.
Yo, que entregué el alma al infierno
cuando me hablaron de despedidas,
cuando en un segundo aniquilaron mi vida,
dejándome moribunda en el jardín.
Jardín donde una vez me llevaron al cielo.
Y me vuelvo a preguntar mil veces,
por qué entre tantas me escoges a mí,
si solo tengo para ofrecer melancolía.
Si al mirarte a los ojos,
es otra luz la que ilumina mis recuerdos,
y se nubla mi vista en remordimientos.
Mas estoy resuelta,
hago un pacto con la vida,
desde ahora trataré de sentir
con la ternura en la piel aún joven,
y palpitan los labios con un primer beso,
despertándose en mí un deseo loco de
amar.
Es que el corazón me grita: Te lo mereces.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Amigo, muchas gracias por el privilegio de compartir mis versos con tus lectores, es un honor, gracias mil, CAVO
ResponderEliminarGracias Carmen, me encantó tu poema.
ResponderEliminarHermoso poema de lucha y triunfo del deseo de amar, del sacudir los despojos de pesares viejos para emprender otra vez la ruta de amor y esperanzas. Querida Carmen, un abrazo desde mi encierro pandémico.
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