En el Comienzo del tiempo,
al ras de la bóveda del cielo, el mismo
polvo imploró:
Dadme la vida,
la piedad, fatum de la arcilla
un ansia de infinito.
La desnudez de las riberas del alma
que resplandecen sobre abismos.
La magia glauca del fuego
atabal centellante de los bosques.
Dadme la compasión y el llanto de la
nube,
la piel oscura del rostro de la noche
de álbicas pupilas.
El amor de la tierra en sus húmedos
claustros
cavernas y manantiales
cintos de flores y frutos.
Dadme el delirio y la cordura
Caos y
Luz.
¡Dadme la vida!
Y Atardeció y amaneció
el sexto día...
Sra Leonor Zaa Linares, mucho disfruté su bello poema en el que se narra cuándo se reclamó la vida, esto es cuándo comenzó el amor. Extraordinarias imágenes engalanan su versar. La felicito por tan bella obra poética.
ResponderEliminarFelicidades
ResponderEliminar"la desnudez de las riveras del alma" me encantó esta imagen. Qué bien
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