Pudiéramos comenzar otra vez y transitar
como si la amenaza oculta no lo fuera y caminar
sin prisa
tal si lleváramos en nuestra testa una aureola en
equilibrio
ignorantes del rumor siniestro a cada paso
Largas sombras nos rodean /aunque alguna
en la esquina no se esfuma tornándose diversa
pretende engañarnos cual prodigio al margen de la
forma
luego del recorrido por las oscuras calles
taciturnas
o las del
bullicio insomne
qué hacer entonces sino recalar
como animales domésticos cansados
al sitio de siempre por un plato de sopa
al hueso pelado
que cual trampa se nos tiende
Fuera ambiciones de este mundo / la infamia no nos
cobra
preferimos inmolarnos día a día
Uno da
todo para no tener nada.
Siempre para comenzar de nuevo.
Es el
costo de la vida maravillosa
No lo digo yo:
lo dijo César Moro.
Caminar sin prisa ignorando la amenaza constante. Si es real, llegará tarde o temprano. Si no es real, no me alcanzara. Gracias!
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