Por los anaqueles de mis recuerdos
pasean
altivas lunas de ensueño,
señoras
engalanadas
que
mitigan e intrigan
en
las noches ausentes.
No
he sido gran cosa
sin
las lunas de mi niñez
y
mi adolescencia.
Caminaron
inadvertidamente
cosidas
a
mi piel y mis deseos
de
identidad.
Por
los anaqueles de mis recuerdos
transitan
demasiados instantes
definitivos,
antes
y después
que
cambiaron vidas,
segundos
que pudieron
habernos
hecho diferentes.
Leves
cambios de escenario
en
la línea del tiempo
que
se va tensando hasta romperse.
Un
premio, un gesto de amor,
una
memoria que se pierde
en
lo intrincado del bosque
y
con su brocha
va
pintando de blanco
los
árboles y el mundo conocido.
Como
la luna,
un
aneurisma, un golpe seco
un
hachazo en el destino,
una
espada de Damocles
para
seguir respirando
donde
habita el miedo.
Pero
hoy, también hoy, sobre todo hoy,
irrumpe
en escena
el
impagable valor de la esperanza,
una
recuperada sonrisa de complicidad,
el
regalo del reconocimiento.
Pero hoy, también hoy, sobre todo hoy,
ResponderEliminarirrumpe en escena
el impagable valor de la esperanza,
una recuperada sonrisa de complicidad,
el regalo del reconocimiento.
Gracias !