No me entusiasma
el anchuroso río
con su corriente
en pasmosa calma.
Prefiere mi alma
la saltarina
cascadilla
del juguetón
arroyuelo
que entre
piedras y saltos
la pereza
espanta.
Es la cosa
chica,
la que carece de
pompas
y repiques de
campanas,
la que significa
y es
luz de humildad
y consciencia
sana.
Es la pequeñez
que mi mano
puede con
firmeza agarrar
para que no se
vaya.
Qué decir de la
pocita
contenedora de
pocas aguas,
la que apaga la
sed
de la desecada
garganta?
Prefiere mi alma
la casa pequeña,
balcón reducido
en que la
enredadera cuelgue
y se mueva según
el viento pasa.
Asimismo mi
Islita,
mi consagrada
Patria,
la prefiero con
amores;
hasta quisiera
abrazarla.
Entre las olas
que Dios
ha querido
resguardarla
hay un portento
de Amor
y un inmenso
corazón
que desde los cielos
baja.
Prefiero el agua
saltarina
que a mi corazón
empapa.
Muy bello su poema... Mi alma prefiere:...pequeñez que mi mano puede con firmeza agarrar... conciencia sana.. la pocita contenedora de pocas aguas...que apaga la sed...
ResponderEliminarGracias, amiga Astrid por sus palabras.
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