Te dijeron que escribieses con fe, esperanza
Y calidad. Para que
así tus versos conservaran y
Otorgaran
esplendor
A lo poco o mucho
que te amaron. También
Te aconsejaron que
labraras un estilo personal
Y no un estilete
manoseado por la lluvia,
La monotonía
y algún relámpago venido a menos.
Al parecer tu dama
no ayudó mucho, menos la musa
Ingrata y peor aún
tu laoshi que se durmió bajo los algarrobos.
Sin arpa y sin
gracia y sin fuego, lejos
De la fascinación
del mar y sus silencios,
Sólo perpetraste un
colibrí sin futuro, un trabalenguas gris,
Un ademán penoso
que te condena a cadena perpetua:
Al sonsonete de los epitalamios, el epigrama del dolor.
0 comentarios :
Publicar un comentario