Kurdistán (Siria), 1970
Mis palabras ya no son
carbón
como lo fueron antes
cuando en el calor del
resplandor
se habían ennegrecido
ahora se mueven con la
suavidad de la esperanza
y en el amanecer de la belleza
abren sus ojos
adornándose ya
para el viaje eterno.
Traducción Germain
Droogenbroodt – Rafael Carcelén
Muy buen poema, se debe internalizar.
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