Camino del
río parlaban las chicharras,
no
sé qué grata cosa en su lengua se contaban.
Adueñadas
de los samanes hablaban a grandes voces,
no
se oía otro bullicio en el río o el monte.
Chicharras
alborotadas pidiendo agua tal vez
o
contándose alguna cosa que en mi lengua no sé.
Las
escuchaban las lavanderas y luego las olvidaban,
más
esto yo no podía oyendo tanta chicharra.
Camino del
río junto al samán recostado
parlaban
muchas chicharras en la tierra de Quilichao
y yo
metida en el agua mientras lavaba la ropa,
oyendo
tanta chicharra no escuchaba otra cosa.
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