Te asomarás en el aire,
en la humedad de mis
ojos
en todo lo que hemos
amado.
Aún en el encuentro
porque somos
la misma lluvia.
Tú y yo en la vía
de la sangre
y en el
reconocimiento
de la dicha.
Sabré de ti
no por tus pasos
sino por la vibración
de la casa.
Atrás la luz.
La noche se anuncia
en la certeza de la
mañana.
El café estará
servido
y aromará tu regreso.
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