Al aire le ventilas la libertad.
A la fantasía
tu manera de obrar.
Cruzas cielos
llevando en tu lomo
el peso de la
imaginación.
Corona azules
y blancos.
Caminos te
abren.
Señalan tu
presencia bajo la avidez
de conocer
mejor la mitología
que de ti se
desprende.
Cada puerto de
llegada es un nimbo.
De nube en
nube entrelazas tus vuelos.
De niña a mis
ojos les añadías color.
La textura de
esa infancia que jamás perdí
al confesar
que llevo un Pegaso
en mi
exuberante jardín interior.
Apadrina tu
garbo y tus alas en despliegue.
Me llevas
contigo al confín de lo intuido.
El mundo de
los sueños donde caben
los adultos
que no niegan tu existir.
Urden tu
gloria en el reino de las quimeras
donde tu trono
de honor halla ubicación.
En mi corazón
niño la alegría de saberte
compañero de
mis días
Bajo la figura que dibujas en el firmamento
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