domingo, 8 de septiembre de 2024

El FATUM DE LA ARCILLA por LEONOR ZAA LINARES

 En el Comienzo del tiempo,

al ras de la bóveda del cielo,  el mismo polvo imploró:

Dadme la vida,

la piedad,  fatum  de la arcilla

un ansia de infinito.

 

La desnudez de las riberas del alma

que resplandecen sobre abismos.

La magia glauca del fuego

atabal centellante de los bosques.

 

Dadme la compasión y el llanto de la nube,

la piel oscura del rostro de la noche

de álbicas pupilas.

 

El amor de la tierra en sus húmedos claustros

cavernas y manantiales

cintos de flores y frutos.

 

Dadme el delirio y la cordura

 Caos y  Luz.

 

¡Dadme la vida!

 

Y Atardeció y amaneció el sexto día...








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