Caracol en desgracia,
tu no viajas, como yo, vertiginosamente
para entender la vida de los otros.
Tu viaje es la lamentable expulsión
del paraíso que no eras consciente
de estar habitando.
Ahora te dueles por esa pérdida sin consuelo
y lloras amargamente en ciudades inhóspitas,
que te tienden sus manos acogedoras
en un idioma que no entiendes.
Porque ahora no entiendes nada.
Eres un simple caracol en desgracia,
llevas encima lo puesto,
no tienes más posesiones
que un destino inmerecido
y el miedo de los niños que van contigo.
De repente un día te arrancaron de cuajo
la alegría y todos los bienes
y te dejaron desnuda
los que venden armas
los que trafican con almas
Estás confundida,
tienes los ojos muy grandes,
para intentar entender
por qué tuvo que ocurrirte a ti,
por qué eres una desplazada,
sin derechos, con la patria robada
deambulando por tierras desconocidas.
No entiendes,
es que no entiendes nada,
solo lloras
por toda la pobreza
con la que das de comer a tus hijos,
por toda la guerra
que nunca buscaste
y que te han echado encima.
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