Las palabras tienen alas,
se hinchan y se pavonean,
las palabras se estiran
y encogen como el algodón
en la primera lavada.
Las palabras cunden como el ejemplo,
Las palabras tienen eco
y prenden muchas mechas.
Las palabras queman en las manos
y calientan las bocas
y a veces hay que dejarlas enfriar.
Algunas palabras salen muy buenas.
Hay que desamarrar las palabras,
desatarlas, soltar su lastre,
perderles el miedo,
desenmascararlas, desatornillarlas,
desmitificarlas,
dejarlas sueltas y libres, cómodas, desnudas..
Las palabras son gatas engreídas,
que se pasean altivas por las pasarelas de los libros.
Hay palabras como pinchos,
palabras para comer,
palabras para cenar,
palabras contra la nieve,
palabras para las palas que quitan la nieve.
Hay palabras para tomar el sol
y soñar con los ojos entrecerrados.
Hay palabras que broncean la piel
y la acarician.
Gracias por tus palabras.
No, son tuyas, de verdad,
te las he regalado.
Me voy de copas y de palabras
¿Qué tomas?
Tomo palabras
¿Quieres más palabras?
No, gracias. Tengo bastante por hoy,
que luego se me suben a la
cabeza.
Gloria: de nuevo agradezco tu compartir poético. Mira qué forma tan genial de homenajear a las palabras.
ResponderEliminarQué genial. La poeta Gloria Nistal es extraordinaria. Desmitifica las palabras y se va de copas con ellas. Las estira y se las come. Nos las regala, en su mejor versión. Un poema grandioso.
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