Pasa el viento lo más suave posible
Por el borde de estambres,
juntando entreluces
Con una piel micácea
transcendente
Y un leve susurro de las
sumisas hierbas
En uno: que la tarde arda,
Que tintinee el cielo convertido
blanco
Como una cuerda fina, que
vagabundee el aliento
En los versos semioscuros, el
cénit derrumbado,
Por lentejuelas y por las
briznas
Recogiendo a la palma del
horizonte vacío
Trae lo agradecido,
componiendo
Cerca del borde el cielo,
pétalos, el fuego
Y la profundidad de lo
profundo, el tono
De la medianoche,
imperceptible e infinito
Que guarda lo furtivo y el
lácteo fulgor
De violetas de la noche, una
fuente lenta
De tiempos prematuros que en
ellas moran.
Traducción
de Sergei Batonov
Septiembre de 2020
Hermoso transitar por el paraíso de las metáforas que hace del poema un paseo sublime en un versar excelente.
ResponderEliminarEstoy feliz al ver que mis esfurzos de traducir este poema no eran vanos.
ResponderEliminarSergei Batonov