A mi amigo Rubén Cáceres Zapata
Ella nace con el vuelo de la vida.
Pájaros y libélulas anidan su canto.
Elegancia de notas siderales
frente a la energía que arriba.
Tsunami la nombran.
Entona la existencia con plumas
al aire danzando el gozo
de ser destreza en movimiento.
Fantasía en viajes astrales.
Emerge tocada por los encantos
que la abuela turca le da como bendición:
engraciada en los ojos de Dios y de todo el mundo.
Atesora gracias.
Aprende a jugar con ondinas, gnomos y hadas
con la frescura de sus talantes.
Rápida y espontánea la declaran.
Venus respalda su belleza interior.
En una concha acumula tesoros.
Los del alma, los más valiosos.
Corona su ser de desenvoltura.
Nadie ni nada le ponen freno a su ritmo.
Endiablado por los fuegos y centellas
que de ella toman la expresión.
Profunda como el mar de los misterios.
Íntima y genuina, piedra preciosa, en su andar.
Veloz como el color que llega a la pupila.
El del sol con sus atributos.
Saben producir calor y sabor al diario vivir.
Vestida de sedas y tules baila el universo
en su niño-corazón.
En puntas de pie, desnuda de ataduras.
Lágrimas de alegría en coreografía en torno a ella.
Desparpajadamente escribe sus vivencias.
Las del cotidiano pasar con filosofía,
huéspedes de sus horas.
Pinta su figura con la humildad
que todo cumplido causa a la mejilla.
Sabe que polvo es y polvo será.
Se entretiene con el viento.
Levanta sus alas para volar.
Levita al son de los tambores de África.
Se entrega a los mariachis para enderezar sus pasos.
A la estrella le pone el pecho.
Vibra todo ella con el revuelo de sus brillos.
Le permite confesar la mujer que es.
Bajo su elegante desparpajo navega el diccionario.
Trae a la luz las facultades que la Naturaleza produce.
el rocío de sueños que no cesan de acudir
al llamado de los temblores ancestrales.
Ella puede ser tú Frutos de los años a la sabiduría señalados.
Bella, preciosos y sentido versos, místicos, te felicito por la intensidad de tu palabra poética, Carmen Amaralis Vega Olivencia , desde Puerto Rico
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