Para reinventar el Otoño siento las hojas amarillas
que dejan atrás sus raíces...
el tiempo no impide a la naturaleza de continuar su
ciclo ancestral.
Menos aún, de recibir la sensibilidad de las miradas
que se abrigan con su belleza...
Las hojas no preguntan sobre su destino: serán parte
del polvo, enseguida,
ayudarán a renacer del barro las nuevas raíces por las
cuales crecerán otros árboles...
Es tan simple y hermoso, como una bella lección de
humildad y humanidad !
Encuentra en tí lo esencial y todo será luz...nos
susurra la Madre Tierra.
Sobre las arrugas del tiempo, a veces, duermen las
lágrimas,
el soñador de la noche escucha la música de los
silencios:
Se niega para ver en lo invisible la silueta de tus
miradas,
y continua a sembrar los sensuales ecos de la palabra
compartida:
ésta de la amistad más allá del tiempo...y de las
cenizas !!!
Hermoso!!! Cálido y en honor a Madre Naturaleza. Va mi aplauso de pie.
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