Cuando un poeta es ignorado
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Su alma bebe un veneno de silencio
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Las mariposas son sumergidas
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A la sopa amarga del ritmo corriente
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Una gaviota es condenada
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A la guillotina
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Pero las rosas arman su cuadrilla
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Y cobran las deudas del amor.
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Cuando un poeta es ignorado
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La tarde sangra
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Herida por los cristales
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Que el olvido rompe
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Cuando muere la luna
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De sed
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Los patriarcas son sentenciados
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Al ostracismo
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Mientras sus tumbas
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Son incendiadas
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Hojas que se calcinan
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Antes de la última danza
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Previo a ungir la tierra
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El viento deja de besar el mar
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Por eso las olas mueren
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Sin haber nacido.
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Simplemente
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Cuando un poeta es ignorado
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Es sepultado el sueño
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Que es el grito más puro
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Que se forja en el festival
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De la vida
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La Torre Pisa
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Pierde su aparente y vieja inclinación
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Los faros se derrumban
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Y los barcos pierden su sueño
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De anclar
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No hay vino entonces
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Para los melancólicos
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Que se embriagarán con su propia sangre.
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Ignorar a un poeta
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Es el menos recordado y más grave
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De los magnicidios
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Porque es él
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El poeta
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Quien se atreve a beber el dolor
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Para pintar de carnavalescos colores
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El tiempo.
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(En el “Carnaval del Olvido”)
Manuel Felipe Álvarez Galeano (1988. Antioquia.
Colombia)
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