Hay aguas turbias y revueltas,
Se bañan las gaviotas con el miedo
de las olas negras.
El pálido sol quiere iluminarte,
y las sombras de un deseo lejano
se interpone al brillo de mis ojos.
Yo,
suplicante gorrión mutilado,
lastimado,
Con la ilusión de vivir sintiéndote,
Volar junto a ti,
Y agitar las alas,
haciéndole el amor al viento,
pero te estoy perdiendo
entre el hueco que separa
el horizonte y mi corazón.
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