Aquella carta aún cerrada
lleva su nombre
escrita a mano
con tachones
en aquel nocturno apuro…
Cuán absurda fue la espera
mientras un manto de niebla
iba borrando su rostro
sin aquel adiós escrito a temblor de mano…
La carta aún cerrada
duerme bajo los pliegues de un libro
en el oculto sueño
de un nombre jamás pronunciado…
Hermoso de principio a fin
ResponderEliminarQue bonito!!!
ResponderEliminarFelicitaciones Rubén poeta
Que tu talento siga dando buenos y abundantes frutos
Gracias Inés, doble gusto, tu comentario y que leas los poemas, cariños
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