Las aves trinaron toda la tarde... Calurosa, agobiante tarde...
Los insectos, las mariposas, hasta el colibrí
que siempre hace su ronda por el jardín,
se marcharon en busca de fresco…
Las nostalgias golpean el alma… Los recuerdos
que no deseo
que afloren, a veces, se imponen…
No debo llorar lo perdido… Debo agradecer y
disfrutar lo obtenido…
Si no aprendo esta lección ahora, ya no la
aprenderé nunca…
Hubo encuentros y hermosos momentos compartidos…
Lo demás, no importa…
Hubo versos, Poemas, caminatas por el jardín,
colores, dulces aromas, embriagantes aromas…
Hubo esperanzas de días mejores…
Hubo gratos recuerdos… Gratos recuerdos que debo
atesorar
y luego, por qué no, compartir…
Luces, flores, sonidos, manos aferradas
y abrazos estrechos… Hubo diálogos intensos…
Hubo palabras y emociones… Hubo silencios que
hablaron por mil palabras…
Hubo esperas, sí… Y hubo partidas… Hubo también
regresos…
Hubo emociones diversas… Hubo penas y olvidos…
Hubo llantos… Hubo heridas…
Hubo incesantes plegarias…
Pero lo mejor, lo mejor, lo mejor... creo que
aún no ha llegado...
No. Habrá amaneceres luminosos… Tardes soleadas…
Brisa leve y fresca…
Ocasos compartidos… Resplandecientes…
Inolvidables… Trinos lejanos…
Azules intensos al cerrar la ventana… Cielos
deslumbrantes con miles de estrellas…
Habrá nuevos encuentros… Nuevos abrazos… Aún más
estrechos…
Habrá intensas miradas y bellas sonrisas…
Habrá aún más incesantes plegarias…
Habrá sentimientos que purificarán el alma…
Que alborotarán el alma… Que aligerarán los
pasos
y aferrarán las manos… Que se detendrán en los
labios…
Que agitarán el pelo como golondrinas en el
aire…
Que recorrerán el inaudito espacio que media
entre mi yo
y el de mis seres amados…
Que transportarán el misterioso tiempo de esta
inexplicable trama
a la urdimbre genial y única del Universo que
nos llama…
Sí: habrá otros espacios y otros tiempos…
O mejor aún: no habrá ya ni espacios ni tiempos…
Sólo energía limpia, clara y pura… Sólo seres de
luz…
Sólo manantiales de amor y pureza… Sólo
estanques y retamas…
Solo lavandas y claveles… Sólo girasoles y
flores silvestres…
Sólo cascadas que fluirán cual esbeltas garzas…
Sólo fuentes remotas al final del camino…
Ocultas por líquenes y algas…
Sólo altísimos acantilados y pingüinos en los
peñascos…
Sólo sendas agrestes… Sólo muelles cubiertos por
bruma rosada…
Sólo arenas húmedas… Espumas blancas… Costas que
atisban gaviotas en vuelo
y felices albatros… Orillas sin huellas… Sin
huellas…
Porque ya a nadie le interesan… Ya todos habrán
liberado sus pies de la tierra…
Dejo correr el caudal infinito de mis sueños...
De mis azules y dorados sueños...
Quizás... alguna vez... ya no se necesiten ni
los sueños...
* Ojalá, que así sea.
* LILIANA ESCANES, desde mi humilde rincón de
“LA CASA AZUL DE LA POESÍA”,
28 Noviembre, 2022, Bahía Blanca, Argentina *
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