Brújula de los oasis
de mi cuerpo cuando
en tus brazos despierto.
Guía políglota de emociones.
Las descubres todas
bajo el lenguaje del amor.
Lo dominas con la ayuda
de tu maestría en artes sexuales.
Marciales al comienzo
de tus batallas en la cama.
Desenfundabas todas tus armas.
Aprendiste el juego implacable
de los amores hasta doblegar
mi cuerpo con el beso febril
y tus atrevidos antojos.
Guardados aún como recuerdo
de una noche aullando su felicidad.
Montañas erizadas
que de Eros hicieron su reino.
Valles en fuego al alcance
de tus labios.
Orillas quemando palabras
mientras océanos apagando
sus llamas.
Memoria activa de una noche
sobre tapetes volantes
donde como mago
me llevaste al ensueño
del mundo de los gemidos.
Rugidos en la mente urgida
de tus inquietas manos.
Adiestramiento que sabe
con la caricia lograr el placer
de centellas en nuestros cuerpos.
Aun trepida en el mío.
Al borde de esta enajenación
que nos devuelve la cordura.
Bella Clara, tu poesía es exquicita, amiga querida, desde Puerto Rico, Carmen Amaralis Vega Olivencia
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