Preferible es callar y
recobrar rutas
que nos llevan a la ventana
donde el despunte de la mañana
es anunciado por cantares de
niños
que no absorben la magnitud
del sufrimiento
guardado junto a corazones
hartos de sufrires por
incompatibles amores.
Preferibles son los besos de luna
o suaves céfiros procedentes
del sur,
o caricias de nimbos carmesí
ya pasados los luceros de la
mañana.
Por el contrario, un dolido adiós
con lágrimas en dos rostros
y un proyecto de prometido
regreso
de ejecución incierta;
desértico rocío,
o el dolor de divinos frutos
llamados hijos
que por no nacer no serán
tuyos ni míos.
Ernesto, tus poema son siempre un deleite espiritual, sentidos, preciosos, te felicito, Carmen Amaralis Vega Olivencia - CAVO
ResponderEliminarHermes, cuando tengo el privilegio de disfrutar uno de tus bien pensados escritos,comprendo que tu inspiración sigue fluyendo cada dia con más fuerza.
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