Sigamos por donde señala
el camino, el haz de la luz tímida,
a la escucha de los siglos muertos
cuyos ecos gimen en las cavernas
Sigamos a trote iracundo, al desafío
lanzado, por los trozos de almas quebradas
habrá agua límpida y poderosa
de las mentes luminosas que se hagan fuente
Humanidad desierta - desde el polvo –
levántate y anda hoy, no mañana,
ni tampoco te es dado el tercer día
esa opción está clavada
en los maderos destruidos por el tiempo
levántate, como el cerezo que florece
pasada la hecatombe, levántate,
que no habrá quien venga a levantarte…
Me encanta este poema. Hay fuerza y verdad.
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