¿Es que acaso la muerte
es dulce como la savia del
girasol?
¿O resulta áspera y agria
como el intenso verdor
de las hojas del eucalipto?
Quién sabe
e importa poco
ya que la llevo
de la mano
cual silenciosa compañía...
Es audaz al lanzar sus retos
graciosa en cada requiebro
insinuante al borde del
amanecer...
Con certeza sé
que he de beber de su copa
que bailaré entre sus brazos
que le fijaré la mirada
para luego envolvernos
entre arenas piedras y ceniza...
19.2.2024
HERMOSO
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