Soy tu madre, la divina Tetis,
hija de Nereo y de Dóride.
Como el océano ama
sus insondables secretos,
así yo te amo.
Como la fruta contiene
celosa su semilla
y su piel la protege
de la codicia del hombre,
así te protejo.
Amado Aquiles,
voy a sumergirte
en las aceradas aguas de ultratumba,
para que tu cuerpo
al contacto de la Estigia,
sea invulnerable
a la ponzoña de la muerte.
Que tu corazón no tiemble
ante la injuria,
ni tu brazo envanecido
ceda al sueño.
Avanza como la flecha en la tormenta,
que Apolo no te alcance.
Sosiégate en la calma
de la justa victoria.
Mi mano te sostiene,
que la ambrosía de mi aliento
y el néctar de mis labios
te tornen incorruptible.
Avanza como la flecha en la tormenta,
ResponderEliminarque Apolo no te alcance.
Tu poema me inspira y me apropio de él porque en muchos de sus versos miro a mi Colombia rota .
Felicitaciones bello poema