miércoles, 4 de diciembre de 2013

Los dados de Dios por Ernesto Lobo


Dios lanzó sus dados
Giraron del seis al uno
Y era mediodía,
Aún el vino no se cernía en las copas
Y el asado distante sobre el fuego
Jamás llegaría a la mesa…
 
La suerte, como el destino, habló
De años, de cruces, de incertidumbre…
 
Los dados siguieron rodando
Del seis al uno
Mientras las copas rotas
Yacían sobre el madero…
 
No. No me dijo nada.
Dios no habla, calla mirando el horizonte,
Largas lágrimas llenan su rostro
Viendo el rodar de sus dados,
Dados marcados,
Dados de azar lanzados al viento,
Todo es albur,
Todo es juego
Y las manos de Dios siguen girando
Ante un Cristo sonriente que se aleja de la mesa
Aún incierta, vacía, estéril
Las fichas del juego rodarán por siempre
Así como la barca se alejará del puerto
Dejando una estela entre padre e hijo
En la que Dios calla la lejanía de Cristo…

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