martes, 10 de diciembre de 2013

Alcánzame tu mano por Carmen Amaralis Vega Olivencia


 

Dame la mano, por favor,

alcánzame la vida.

Alcánzame una gota más de aliento.

Necesito un soplo de alegría,

rellenar un hueco al infinito,

sacudir el polvo que me asfixia.

Que se alejen cartílagos de duelos,

las sombras tristes de un amor muy viejo.

Alcánzame tu mano,

Deja que sea yo la que me aferre,

que hilvane el hilo para coser la muerte.

La muerte que me salva del delirio

que habita en mis cavernas frías,

sarcófago íntimo y oscuro

con esas profundidades mías,

complicadas,

retorcidas,

cuestionando el por qué de mis fatigas,

Si eres luz de eterna compañía,

Llama sanadora,

prístina,

que  me ama sin hacer preguntas,

y  no busca encontrarse en la faena

con el sucio fantasma que me habita.

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