Arriero de mil caminos
y paisajes entrañables
Verdes llanuras
cumbres rocosas
te vieron pasar
con tu guitarra señera
y sus cuerdas sin igual
La noche trajo tu canto
por sendas de luna llena
y amaneceres dorados
No hubo acordes
ni palabras
que brotaran de tu estro
sin el preciso destino
para aquellos olvidados
parias y maltrechos
que pueblan estas tierras
¡Ah tus versos
Cada copla un recuerdo
y la imagen del terruño
con sus penas, encantos...
y vaquitas nunca nuestras!
Así, de estrofa en estrofa
has dicho mil verdades
cual semillas prometidas
que siempre germinarán
¡Pero una tarde te fuiste
con tu tropilla de rimas
y el siempre florecer
de los árboles frondosos
Mas la estima de tu gente
senderos, quebradas...
Y aquel cofre de refranes
impresos de puño y
letra
que pese al tiempo
tirano
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