- Al atardecer del martes 28 de julio de 1750
Entonces Magdalena llevó a sus ojos una
rosa de rojo cielo, una flor elevada,
preludio de la muerte, cirio de llama bruna,
rosa de Acción de Gracias, abierta, silenciada.
Y Bach estaba ciego, tal vez el aire, alguna
salida hacia la noche, la tarea empeñada
de copiar tantas notas a la luz de la luna,
odisea de Homero, ceguedad temperada.
Y la rosa alumbró, solo por un momento,
alcanzó a abrir los ojos y la miró encendida,
comparó los colores del otro firmamento
que le esperaba en breve. Todos con voz sentida,
"Señor ante Tu Trono, ante Vos me
presento,"
le cantaron solemnes. Y Bach entró en la Vida.
París, 2019
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