martes, 25 de noviembre de 2014

Noticias por Noris Roberts…

Excúsame, si noticias no has tenido de mí.
En realidad, anduve por ciudades y calles observando la vida y su letargo, buscando una razón,
un motivo, que me hiciera reaccionar ante lo que el hombre con egoísmo, irracionalidad,
falta de estupor, destruyó; y no sentir este infierno de memoria, que me desconcierta.
Seguía mí camino en esta batalla que quemaban mis gritos, y así como el humo del cigarro se diluye también así mis esperanzas.
Perdía sentido todo por lo que alguna vez quise y luché. Esto me llevó a evocar la sangre del eterno peregrino y sentir que en vano fue lo que intenté y pudo ser.
Presencié el llanto, el frio, el desierto, el infierno y feroces inquietudes que propiciaban un sismo que no se detenía.
Hay un enorme abismo que cada día se expande y distancia, al igual que un batallón vencido que emprende su retirada y huye del enemigo.
Tanto nos hemos distanciado el uno del otro que el tiempo en que fui feliz me lo arrebataron. ¿Cómo pasó, qué sucedió? No lo sé…
Con mis sentimientos fracturados me encontré en un callejón sin salida, teniendo por compañía el cigarro y la soledad.
La confusión me encerró en un remolino de emociones y de espinas. Trazos incompletos sobre el lienzo del olvido y mí llanto no alcanzó a desafiar mis penas.
¡Se acercaba el final!
Los días pasan…
No encuentro las pistas para comprender el por qué de la existencia,
quizás sí somos un especie a merced de manos ajenas, meros títeres, encarcelados en la cotidianidad, una cotidianidad que da náuseas.
Caminaba sin dirección.
Caminaba desafiando las calles donde la sombra se esconde tras la sombra de esta agonizante humanidad,
escribiendo por turnos, hablando de sueños, de algún lugar que nunca pude ir; por que ante mis ojos se quebró el escalón a la luna y hacia ti
Se me hace difícil pensar en amar sin pensar en el bienestar de la humanidad
y lo más probable es que me aplaste la duda y sólo quede el océano con toda la certeza de que en este mundo hay cosas que nunca conoceré
Sin embargo, ¡imploro el cambio, un cambio que sin ser sal no olvide la humanidad!
Todo arde y se extingue
No hubo espacio ni tiempo para mí regreso; ni yo misma advertí que la vida se me volvió un infierno
Excúsame, si noticias no has tenido de mí…
© Noris Roberts

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