Hablarme
De quien a quien, con quien
He de cruzar la bala que vulnere la cueva
insólita
Las pertenencias atribuidas a mí;
Como señal de claridad los pájaros de la
palabra se arropan
Desde el vientre hasta la lengua ya ebria.
Ante la oscuridad, quebrándose el macabro silencio,
La confusión del ánima hace traquetear las
sombras
Como una rueda larga y cruel, inesperada;
Alejado
Sin entrevistarme con mis manos
Sinuoso y desigual,
Me
lleno de alimañas
Oradores, vagabundos, errantes, díscolos:
fertilidad atada
Sin ley, sin meta.
Hablarme en éste instante
Y ver mi cuerpo acalambrado despertando a
escuchar,
Saber que hablo, pero que no es yo el que lanza las
Sonoras fugas del dolido;
Los verbos, los libros, las vidas, los
perros,
Los cláxones, alarmas hirientes, vecinas
múltiples,
Corriendo todo en sus circuitos habituales,
Tan
habituales
Que nada
dice nada.
Hablarme,
recostado en mí
En los
jardines tenues de esta esperanza elaborada,
Abrir con
tremendos pasos un firmamento de hurtadillas
Y sentir que
mi voz es tuya
Deslizada
desde tu prótesis humana
Que viene y
va, que juega al placer de la llegada
Al dolor de
la partida, y se esfuma
Quedando
todo quieto
Y un ansia
de húmeda sorpresa
Tendenciosa,
como lo que ambiciona amar.
19.06.2013
De: RUPTURAS SILENCIOSAS de próxima
aparición.
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