Plegué en mis manos
toda la magia
que los ensueños entregan…
Santifiqué a millares en su
agonía
crucé los océanos
para guiar cuerpos insomnes
rumbo a tierras francas
por donde la pureza de sus
almas
regaran de paz todas las
comarcas…
He sido profeta y pastor
hasta llegar a la puerta de
los dioses
desde donde hube de volver
mis pasos
dejando mi magia enterrada
en profundas cavernas…
Ahora extiendo mis manos
para cobijar algunas monedas
en una esquina adoquinada
al centro de una hosca ciudad
baldía…
3.10.2024
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