Para Alfonso in memorian
Mi Alfonso,
El hombre
bueno,
El profesor
adorado.
Hubiera querido
para mi
No perderte en
esta noche
De cantos de
sábado milenario
Donde los
pájaros duermen ya
Cansados de sus
disputas,
Donde las
piedras sólo saben
Contar en
milenios.
Hubiera querido
para ti
Que sintieras
conmigo la brisa del Nilo ancho y poderoso,
Ese que aspira
al mar que un día será,
Mientras baña
las piedras
Esculpidas por
siglos
Que atesoran
civilizaciones.
Alfonso,
hubiera querido
A mi lado tu sonrisa triste,
Cómplice y
resignada,
La que oculta
siempre el dolor
A la madre,
-Se que has soportado
Una eternidad de penas calladas
Para que ella
no sufriera-,
La que esconde
la amargura
De un trágico
destino
Y se resigna y se inclina
Ante el
predestinado silencio.
Tu amor, que no era amor,
Sino amistad de
profundis,
Esa que nos
convertía en avatares
De dioses
olvidados,
Frente a todo,
Frente a los
años
Y la distancia,
Se disuelve en
una nada
Que no alcanzo
a entender.
Te estas yendo
Mientras Isis y
Osiris
Lloran conmigo.
Cántico penoso por quien ya no está. Magníficas expresiones de dolor por un hombre, a todas luces, bueno. Gran poema.
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