Grita la tristeza
el alma está compungida
de tanto horror de horror
de tanta maldad de maldad
de tanto hechizo de brujo.
Grita la noche
con tormento por la angustia
de ser no siendo
y del incendio en siendo
de Lucifer, su fuego.
Grita la cuerda que ajusta
su sentir enredado hasta
la batalla del día siguiente
en nudo gordiano.
Grita hasta el día en ocasiones
en que las notas musicales ya
no llegan a los espíritus que se
encuentran solos en cruentas batallas.
Grita el silencio en sordina con esa
existencia en que los clavos hincan
sus pies hasta sacarle sangre
poco a poco, lentamente sin apuro.
Grita el Dios en su Sagrario.
Grita, no lo escuchas.
Desde mi casa ostra
a mayo del 2017.
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